ADOLESCENCIA
EL DESARROLLO DEL CEREBRO DURANTE LA ADOLESCENCIA
La adolescencia es una etapa de transición
en la vida entre la niñez y la adultez que marca cambios significativos en el
desarrollo físico, psicológico y social.
Es un periodo crítico para la maduración de
procesos neurobiológicos, y aunque no aumenta el tamaño del cerebro después de
los 12-13 años, se somete a una remodelación que implica la eliminación y la
mielinización de conexiones cerebrales resultando en la interconexión de ellas
de forma coordinada y más eficaz. Además se produce la especialización de ciertas áreas del cerebro
en procesar información que transforma las funciones cognitivos, comportamientos sociales y emocionales.
Una parte del cerebro que tiene cambios
significativos se llama el cortex y es el encargado de unir las distintas
regiones que constituyen el cerebro, tomando un rol integrador. El área frontal se desarrolla y crece
durante la niñez y le ocurren muchos cambios importantes durante la
adolescencia. Es un área muy importante
del cerebro que se encarga de regular las emociones, coordinar y balancear
procesos mentales, así como de funciones cognitivos, funciones
sociales, además de regular el sistema nervioso de todo el cuerpo (Siegal, 2013; Brava y
Tapert, 2010).
Dentro del área frontal del cortex se ubica
el pre-frontal que conecta el cortex con otras regiones del cerebro como el límbico
sub-cortical y el tallo cerebral (Siegal, 2013). Además de conectar y coordinar los inputs de
energía e información de dichas áreas, la región pre-frontal une los inputs del
cuerpo y de las demás personas, que influye, por ejemplo, en el desarrollo de
la empatía. El aumento en la actividad
de dicha región, su maduración, conlleva cambios de procesos mentales así como
funciones cognitivos asociados con el tránsito de la niñez a la adultez específicamente
al pensamiento abstracto y conceptual, la experimentación del “saber de saber”,
la exploración creativa de las distintas formas de percibir y razonar y la
elaboración del pensamiento reflexivo que les lleva a estar más conscientes de
sí mismos y del mundo que les rodea (Casey et al., 2008; Siegal, 2013:92). Sin embargo, si existe vulnerabilidad
durante la niñez y altos niveles de estrés en la adolescencia la remodelación
del cerebro se puede encontrar en caos y un estado de rigidez debido a la
eliminación de neuronas y sus conexiones en el cerebro que puede resultar en números
insuficientes para un desarrollo integrativo y un crecimiento sano cerebral del
adolescente (Siegal, 2013).
Puesto que la parte prefrontal del cerebro
se encuentra en una fase de desarrollo y remodelación, a veces deja de funcionar
ópticamente y la parte del sistema límbico como la amígdala y el tallo cerebral, ubicados
en el área inferior, que se encargan de generar emociones, reactividad y
impulsabilidad, aprovechan y toman el control (Siegal, 2013). Estudios indican
una mayor activación en adolescentes de la amígdala que en adultos y unido al
menor desarrollo prefrontal y la falta de un filtro de racionamiento del
cortex, da como resultados reacciones emocionales más intensas e inmediatas y
puede crear un desequilibrio entre circuitos cerebrales (Delgado & Antolín-Suarez
2010; Siegal, 2013).
Las reacciones químicas también funcionan
de manera diferente durante la adolescencia, por ejemplo: la dopamina, un
elemento central en impulsar la búsqueda de estímulos. Estudios sugieren que
durante la adolescencia el nivel estándar es menor que durante la niñez y la
edad adulta, mientras que a ésta edad libera cantidades más altas en respuesta
a experiencias y sensaciones emotivas (Siegal, 2003). Influye en los
comportamientos como la impulsividad, la acción sin reflexión y la
hiper-racionalidad, el pensamiento literal sin una contextualización, que se
manifiesta en colocar más énfasis en los benéficos de una acción que los
riesgos potenciales resultando en la toma de decisiones más peligrosas y en la
susceptibilidad a adiciones (Brava y Tapert, 2010; Siegal, 2013).
Como resultado de todos los cambios
mencionados, este periodo de la vida es transformativo, de la niñez (de ser
individuos abiertos a todo), a la edad adulta (de ser expertos en cosas específicas),
es un tiempo de oportunidad y a la vez de vulnerabilidad, es un momento clave
en la vida de integración (Siegal, 2013; Yurgelun-Todd, 2007).
PREJUICIOS Y ETIQUETAS
Estereotipo:
Un estereotipo es la percepción exagerada y con pocos
detalles, simplificada, que se tiene sobre una persona o grupo de personas que
comparten ciertas características, cualidades y habilidades, y que buscan
justificar o racionalizar una cierta conducta en relación a determinada
categoría social. Catalogar a las personas en grupos, por sexo, raza, edad,
ocupación y muchas otras categorías:
- Sociales
- Étnicos y raciales: Es lo que caracteriza las diferentes culturas y razas de todo el mundo.
- Clasista: Es como se diferencian las personas según su condición económica y social.
- Etareo: Comportamiento determinado según la edad.
- Sexistas o de género: Sexismo, discriminación sexual o discriminación de género, es el prejuicio o discriminación basada en el sexo o género. Las actitudes sexistas se sostienen en creencias y estereotipos tradicionales sobre los distintos roles de género. Tipos de sexismo: Sexismo contra las mujeres Sexismo Benevolente. Sexismo contra los hombres
Prejuicio:
Es el proceso de formación de un concepto o juicio sobre
alguna cosa de forma anticipada, es decir una falacia o proposición lógica de
un mito.
Creencia o actitud, cuyo principal componente cognitivo
puede ser el estereotipo. Orientación y evaluación negativa. Generalmente tiene
lugar en un contexto intergrupal, de relación mayoría/minoría.
Discriminación:
La discriminación es un acto de una persona o un grupo de
personas a partir de criterios determinados, creerse superior a otra persona y
así, maltratarla física y/o mentalmente causando efectos negativos en la otra
persona.
- Genero
- Religiosa
- Por origen étnico
- Ideológica
- Discapacidad
- Orientación Sexual
Influencia de los estereotipos y prejuicios en el desarrollo
psicológico de los adolescentes:
En el funcionamiento psicológico, las dimensiones más
destacadas del desarrollo adolescente se dan en el plano intelectual, sexual,
social y en la elaboración de la identidad. En el funcionamiento psicológico, las dimensiones más destacadas del
desarrollo adolescente se dan en el plano intelectual, sexual, social y en la
elaboración de la identidad.
Temprana (10 - 13 años): Preocupación por lo físico y
emocional
Duelo por el cuerpo y por la relación infantil con los
padres
Reestructuración del esquema e imagen corporal
Ajustes a emergentes cambios sexuales físicos y fisiológicos
Estímulo de las nuevas posibilidades que abren estos cambios
Media (14 - 16 años): Preocupación por la afirmación
personal social
Diferenciación del grupo familiar
Duelo parental por la pérdida del hijo fantaseado
Deseo de afirmar el atractivo sexual y social
Emergentes impulsos sexuales
Exploración de capacidades personales
Final (17 - 19 años): Preocupación por lo social
Búsqueda de afirmación del proyecto personal-social
Reestructuración de las relaciones familiares
Desarrollo de instrumentos para la adultez
Exploración de opciones sociales Avance en la elaboración de
la identidad
Duelo parental por la separación física
El mal desarrollo en el factor social en la adolescencia
puede resultar en una fobia social. La fobia social, también conocida como
‘’trastorno de ansiedad social’’, se caracteriza por un miedo y ansiedad
acusados y persistentes que interfieren de forma importante en la vida de los
adolescentes. Se puede presentar en varias formas:
Aislamiento:
La fobia va haciéndose más fuerte con el tiempo, con lo que
los síntomas van haciéndose cada vez más intolerables y apareciendo cada vez en
más situaciones sociales. Por ello, la persona aquejada de esta fobia va
reduciendo sus contactos sociales, hasta el punto de aislarse socialmente y
recluirse en casa o incluso en su propia habitación.
Depresión:
El aislamiento y la sensación de incapacidad para luchar
contra esta fobia a pesar de saber que es exagerada e ilógica, hacen que la
persona se sienta incapaz, que su autoestima se reduzca, que restrinja las
actividades que podrían resultarle agradable. Esta situación va haciendo que la
persona se culpe, se siente inferior y se deprima.
Abuso de sustancias:
Las personas con fobia social se sienten liberadas de su
ansiedad mediante el consumo de alcohol y drogas. Estas sustancias les
desinhiben, permitiéndoles comportarse con libertad, relacionarse socialmente y
disfrutar con esas relaciones. Por ello, muchos de ellos acaban consumiendo
alcohol o drogas de forma habitual con lo que existe el peligro de volverse
adicto.
Problemas escolares:
Las personas con fobia social se sienten atemorizadas en
muchas situaciones del ambiente escolar, como pueden ser tener los exámenes
orales, que les pregunten en clase, tener que preguntar alguna duda,
relacionarse en los recreos. A estas situaciones puede unirse el acoso de
compañeros que lo cataloguen. Es por ello que muchas de estas personas deciden dejar
los estudios porque no se ven capaces de soportar la presión que supone
relacionarse en la escuela.
IMAGEN CORPORAL
La imagen corporal puede definirse de muchas maneras. Banfield y McCabe la definen como la representación mental
que tienen las personas del tamaño y forma de su cuerpo. Dicha representación
está influenciada por múltiples factores: históricos, culturales, sociales,
pero también individuales y biológicos. Algunos autores (Rosen) afirman que se
trata de la manera en que una persona imagina, percibe, siente y actúa respecto
a su propio cuerpo. Sería la representación corporal y la actitud hacia esta,
es decir, que se contemplan aspectos perceptivos pero también conductuales. No
se trata solo la representación interna más o menos verídica, sino de la satisfacción,
preocupación, evaluación cognitiva y ansiedad asociada a ella. Es por ello que
a la imagen corporal la acompañan sentimientos positivos o negativos que
influyen de manera notable en el autoconcepto.
Thompson concibe la construcción de la imagen corporal
mediante tres elementos: componente perceptual (aquí recaería el tamaño
corporal percibido, en sus diferentes partes o totalidad y casi siempre
sobrestimado, especialmente entre los adolescentes); un componente subjetivo
(cognitivo-afectivo) que englobaría las actitudes, valoraciones, sentimientos y
cogniciones que despierta el cuerpo; y un tercer elemento, el componente
conductual, es decir, las acciones que la percepción del cuerpo y los
sentimientos generan (por ejemplo, exhibición o evitación de exposición del
cuerpo).
El cuerpo del adolescente crece y se transforma en su
tránsito hacia la autonomía. Son muchos los cambios físicos/biológicos
experimentados a partir de la pubertad, con la pérdida del cuerpo infantil en
desarrollo de la infancia hacia la juventud. Se trata de una época de cambios y
contradicciones. En sintonía con estos cambios, el adolescente se preguntará
sobre su propia identidad. Estos interrogantes
se acompañan obligatoriamente de una valorización y juicio de su propio
cuerpo, pero el cuerpo entendido como algo propio, una unidad no sólo física,
sino también de dimensión psicológica. Está elaborando su autoconcepto.
La auto-observación del adolescente va desde la vía de su
propio interior (que le acerca a su propia individualidad) y, por otro lado,
desde la imagen que le devuelve el espejo, una exposición a la mirada y juicio
de los demás. Sobre esta imagen el adolescente realizará una valoración nunca
objetiva en relación a su imagen y a la imagen a la que aspira.
Los procesos para la construcción de la identidad incluyen:
- El reconocimiento personal del cuerpo como algo propio; valoración positiva de su propio cuerpo y reconocer su totalidad como algo valioso.
- Reconocer las partes que cuesta más aceptar y el deseo de cambiarlas; encontrar el origen de este deseo y ser consciente de ello.
- Responsabilizarse del propio cuerpo, en cuestiones de higiene y cuidados personales para el bienestar personal.
- Descubrimiento de la sexualidad
- Experiencias de placer/displacer; satisfacción/insatisfacción
- Aceptación de cómo les ven los demás, que les miren, que hablen de su cuerpo y tolerar la exposición frente a otros.
TRASTORNO DE LA IMAGEN CORPORAL
La población de féminas adolescentes es de las más afectadas
por los desórdenes relacionados a la imagen corporal. El trastorno de la imagen
corporal implica componentes perceptivos, cognitivos y conductuales. Se trata
de una condición multidimensional. Se asocia a esta condición que la persona
evalúe las partes de su cuerpo bajo parámetros de atractivo y dejar más de lado
aquellos relativos a la utilidad, tamaño, sexualidad, importancia, etc., y
tienden a distorsionar el tamaño y la percepción corporal de forma exagerada
(si bien es cierto que la tendencia, aunque sea menor según el caso, será a la
sobreestimación, incluso entre sujetos saludables). Así, se preocupan por las
cualidades derivadas de su apariencia. Una pobre imagen corporal se asocia a
una baja autoestima (sentirse poco adecuada como persona). En estas circunstancias, es muy difícil separar cualidades personales del aprecio por el
propio cuerpo. A la dimensión perceptiva de la imagen corporal se le asocian la
cognitivo actitudinal que incluye las creencias o convicciones de la personas
hacia su propio cuerpo, desencadenando en conductas que pueden socavar la
integridad física y psicológica del suejo (anorexia, bulimia).
LAS EMOCIONES
Las emociones son reacciones que todo ser humano
experimenta: alegría, tristeza, miedo, ira. Son conocidas por todas las
personas, sin embargo, no dejan de tener complejidades. Aunque todos hemos
sentido ansiedad o nerviosismo, no todos somos conscientes de que un mal manejo
de estas emociones puede generar bloqueo o incluso enfermedades.
La adolescencia representa un momento evolutivo con especial
características de cambio, búsqueda y ruptura de equilibrios previos. Esto
propicia la aparición de diferentes manifestaciones, cuyo valor psicopatológico
es a veces difícil de delimitar. Se hace necesario disponer de un sólido
conocimiento del discurrir “normal” de los adolescentes, con todos sus
avatares, como óptica desde la que se puede detectar la presencia de
determinadas señales de alerta. Dichas señales abrirán la puerta para pensar en
dificultades por las que atraviesan los chicos que no sólo están al servicio
del crecimiento, sino que están obstruyendo el mismo.
En la adolescencia, que es un momento de crisis, los
sentimientos se dimensionan, aquello que no les gusta de sí mismo, lo que les
hiere, aquello que les genera euforia. Por otro lado, se sienten mal,
inestables se muestran impertinentes, inquietos, la conducta que manifiestan es
la expresión de las emociones que sienten.
Entre los 13 y 18 años es un periodo en que los padres
verbalizan tanto que vuelven locos a los adolescentes. En este periodo, las
emociones de los jóvenes son muy intensas y con gran desequilibrio y por ello
se vuelven reactivos. Pasan de saltar a la alegría a no querer nada, al
mutismo; se sienten contrapuestos todo el tiempo, polares, distintos; extraños
consigo mismo. Las emociones más comunes son la tristeza y la agresión. De
alguna manera estas emociones son normales en este periodo, sufren y no pueden ponerle nombre,
a estas emociones y sentimientos; por lo tanto, los padres son quienes ponen
palabras a lo que sus hijos expresan.
Los adultos son pieza clave para ayudar a los jóvenes a
entender y manejar las características de esta etapa, hay que ver la
adolescencia en el momento sociohistórico y desde la educación que reciben, el
tipo de orientación, el acompañamiento que han tenido, la satisfacción, o no,
de las necesidades; el contexto familiar. Dependiendo de cómo haya sido esa
realidad, habrá adolescentes que en este periodo tienen momentos muy
tormentosos y para otros es una época normal, sin problemas tan marcados.
Por lo tanto, la educación emocional es una forma de
prevención, un proceso educativo continuo y permanente que pretende potenciar
el desarrollo de las emociones como elemento esencial del desarrollo humano.
Dado que la adolescencia es un periodo en el que el trabajo con actividades
orientadas al desarrollo de la inteligencia emocional cobra una especial
importancia debido a las características propias de la etapa, marcada por
grandes cambios físicos, psíquicos y sociales. Por ello, es necesario trabajar
aspectos como: autoconocimiento, autorregulación, automotivación, empatía y
asertividad.
Autoconocimiento: En la adolescencia es donde más cambios se
producen, en comparación con las otras etapas, sobre todo, cambios biológicos y
de maduración a nivel emocional. En este momento es cuando debemos apoyar y
ayudarles a reflexionar sobre la construcción de su propia identidad, siendo el
autoconocimiento una parte constitutiva de la misma, que se encuentra
relacionado con aspectos del propio cuerpo, del comportamiento, de las ideas y
de las relaciones sociales.
Autorregulación: En esta etapa, los jóvenes ya van
adquiriendo una mayor comprensión de sus estados afectivos, y hablan, con mayor
facilidad, de sus estados mentales o sentimientos a la hora de describir sus
vivencias emocionales. También, son más conscientes sobre los efectos que su
expresión emocional tiene sobre el entorno. Aunque por las características
propias del momento, la adolescencia no es un periodo en el que se puede
alcanzar una total y plena autorregulación, sin embargo, pueden desarrollarse
aspectos que les ayuden a interiorizar las bases de la misma.
Automotivación: La automotivación está muy relacionada con
la confianza y la creencia de que se puede conseguir aquello que se desea. Es
por ello, que una forma de poder ayudar a los adolescentes a generar su propia
automotivación, ayudándole a contactar con la posibilidad de éxito real que
tienen sobre la realización de una tarea.
Empatía: La empatía se relaciona de forma directa con la
resolución pacífica de los conflictos. En la adolescencia podemos encontrarnos
con una gran diferencia entre unos y otros adolescentes con respecto a su nivel
de empatía.
Asertividad: Lo ideal sería que, llegados a la adolescencia,
los chicos ya hayan alcanzado un buen nivel de asertividad, pero no siempre es
posible y por este motivo, nunca es tarde para continuar trabajando aspectos
relacionados con este concepto, es necesario exponer a los adolescentes a
situaciones en las que tengan que usar herramientas de asertividad; analizando
aspectos y sus consecuencias.
LA DEPRESIÓN EN LOS ADOLESCENTES
La adolescencia es una etapa que se torna vulnerable por el
hecho de que los jóvenes intentan alejarse de lo que hasta ese momento ha
constituido su principal fuente de seguridad, es decir, las figuras parentales.
El alejamiento de los padres constituye una especie de terremoto en su
psiquismo, que con su onda expansiva, modifica también la imagen que éste tiene
tanto de ellos como de sí mismo.
Ambos fenómenos interrelacionan entre sí produciendo una
fisura en la conocida continuidad y, por tanto, cambios inevitables en su
sentimiento de seguridad básica. El adolescente se desconoce a sí mismo y
desconoce a sus padres, como lo venía haciendo hasta entonces. En este periodo se desploma para el chico, tanto la imagen
idealizada y poderosa que sus padres le transmitían precisamente por ser su
hijo. Ellos eran quienes le transmitían un proyecto de vida, un camino a
seguir, en el cual se fraguaban las formas de pensar, de interpretar la
realidad, de comunicarse, de interiorizar las normas sobre cómo deben ser las
cosas y ellos mismos. Dentro de todo esto, los padres intervienen activamente
en la autoestima de los hijos, dándoles mensajes de aprobación y haciéndoles
sentir fuertes por llevar a cabo el proyecto de vida.
En este proceso de desencuentro el adolescente es consciente
de lo mal que le sienta el control de los padres, el mal humor que le genera la
sola presencia solícita de sus padres, las pocas ganas de salir en familia o de
permanecer en el mismo espacio donde están todos. Con mayor o menor intensidad,
también se da cuenta de la frustración que él produce en sus padres y de la
intención de éstos por acercarse a él y satisfacerle. Cuanto más presente tenga
todo esta serie de situaciones propias de la edad, le genera una sensación de
culpa a la vez que irritabilidad, deseos de alejarse; haciendo más grande el
sentimiento de culpa. Todo ello, aunado a un entorno difícil, da pie a una
serie y mezcla de sentimientos sobre sí mismo provocándole un estado que le
impulsa a buscar en otros ámbitos o figuras nuevas en las que pueda
reconocerse; confirmando así que lo anterior ya no le sirve. Éstas dificultades
para lograr un cambio entre el estilo infantil de relación hijo-padres, puede
dar lugar a la aparición de diferentes patologías.
Con mucha frecuencia, la depresión se esconde bajo el
disfraz de oras manifestaciones, como puede ser la queja somática, la falta de
apetencia por el entorno, diferentes formas de inhibición o alteración de la
conducta. Es por ello fundamental “mirar” los signos que expresan los chicos
como muestras de otros conflictos emocionales subyacentes.
LA IDENTIDAD
La adolescencia es un periodo complejo de transformaciones y
cambios que abarcan diferentes aspectos en la vida del individuo. Desde los
cambios a nivel biológico hasta las referencias del grupo de iguales están en
constante proceso de cambio dando lugar a una inestabilidad emocional que
repercute a la hora de relacionarse y de poder expresar dichas dudas e
inseguridades. Es por ello importante poder facilitarles la búsqueda de los
aspectos personales que puedan afianzar su autoconcepto y por ende, su
autoestima, así como darles un espacio para la identificación y la expresión de
sus ideas, sentimientos y emociones.Favorecer un medio en el puedan a
proyectarse y ver cómo en un reflejo el espacio que ocupan en ese aquí y ahora
formado por el grupo de iguales, es necesario como parte del proceso de
metamorfosis que se experimenta en la adolescencia.
Durante la crisis de identidad que ocurre durante la
adolescencia, enmarcada en una etapa de cambios físicos, psicológicos y
sociales, el sujeto se encamina hacia la consolidación de una individualidad
que lo diferencie de otros. Erickson, ha señalado que ese proceso de transformaciones
propio de la adolescencia implica la “pérdida de un sentimiento de identidad”
que “es expresada con frecuencia mediante una desdeñosa y presuntuosa
hostilidad hacia el papel que es ofrecido como adecuado y deseable por la
propia familia o la comunidad inmediata. (Erickson, 1969, p. 173).
Al proceso de construcción en el que los individuos definen
su forma de ser adultos contribuyen, además del medio familiar, el papel del
sistema educativo y otros significantes, como los grupos de pares. En una era
globalizada, en este proceso intervienen los medios de comunicación, como
algunos de los resultados de este estudio ponen en relieve. En la construcción de la identidad, durante la adolescencia
como periodo de cambios, adquiere crucial importancia la consolidación del
concepto de sí mismo. Los individuos enfrentan el desafío de aceptar el cambio
de la propia imagen corporal y, gracias a su desarrollo intelectual y
emocional, contar con recursos que les ayudarán a definir aquellas dimensiones
requeridas para constituirse en un ser adulto
Este proceso implica una búsqueda de referentes; Personajes
de la escena pública, ellos cuentan con aquellos rasgos que atraen más a los
jóvenes en la medida en que parecen canalizar intereses y motivaciones
particulares de la etapa en la que se encuentran. Personas del ámbito familiar, en la medida en
que un sector de adolescentes encuentra allí a quienes tienen rasgos que
resultan útiles en el proceso de consolidación de la identidad. Personas que
componen la esfera social inmediata: amistades y compañeros de aula con quienes
comparten intereses y ejercitan a través de sus relaciones la posibilidad de
construcción de vínculos afectivos distintos a los familiares.
Otro aspecto que caracteriza este periodo como de
"rebeldía, pasar a adecuarse a aquellos comportamientos, creencias y
valores correspondientes a una fase de consolidación de una individualidad.
Este proceso de fuertes cambios, propio de la adolescencia, supone atravesar
una “crisis normativa”, correspondiente a la tensión entre el abandono de las
reglas que tuvo hasta entonces y el esfuerzo por desarrollar las propias. En ese
escenario, de debilitamiento o incluso ausencia de fuentes de contención, los
comportamientos pueden devenir en transgresores o quizás algunos simplemente
diferentes a la corriente dominante resulten interpretados como tales.
Son muchos los factores influyentes en el individuo durante
esta etapa; amplia gama de condiciones cuya constitución depende de
características sociodemográficas de sus grupos familiares y de la posición
relativa de los adultos en la estructura económica,
BENEFICIOS DEL ARTETERAPIA CON ADOLESCENTES
La adolescencia es una etapa de la vida creativa y de gran
necesidad de expresión, es por ello que la aplicación de la arteterapia puede
ser muy beneficiosa. A continuación una enumeración de los diferentes
beneficios que se pueden alcanzar a través del arteterapia con este colectivo:
- Linesch (1988) reconoce la importante relación entre la salud emocional del adolescente y su autoexpresión.
- Cuando se crea a través del arte se produce un desarrollo en el cerebro que nutre el sistema sensorial, así como el cognitivo, emocional y motriz.
- Desarrollar la creatividad ayuda a los adolescentes a la creación de su autoimagen y la imagen del mundo que les rodea. En ese sentido, el arteterapia se convierte en una potente herramienta expresiva que puede facilitar el paso de la infancia a la vida adulta. (M. Planas, 2012)
- El lenguaje visual es abierto y no lineal como el lenguaje verbal, es por ello que esta forma de comunicación facilita la transformación del pensamiento concreto al abstracto. Entran en juego otros factores que no posee el pensamiento lógico, lo que nos permite comunicar aquello que no podemos expresar solo con palabras. Permite materializar lo inexplicable.
- El objeto artístico se convierte en un intermediario entre el adolescente y el terapeuta, lo que aporta cierto distanciamiento. Además, la existencia de un objeto artístico intermediario permite la expresión de sentimientos amenazantes hacia un elemento neutral, así los adolescentes tienen la oportunidad de ir integrado gradualmente esos sentimientos como parte de su self (Baverly, 1999).
- El objeto artístico aporta consistencia a lo inconsciente.
- El arte permite el uso de la metáfora, y la creatividad es aplicada al uso de la comunicación (Riley, 1999).
- Las imágenes visuales permiten pasar fronteras de defensa, romper las barreras y proveer de información al individuo y al terapeuta sin necesidad de verbalizarlo. Puede mantenerse escondido el significado de la obra.
- Crear satisface el deseo de tener una personalidad individual. La imagen es tangible como producto artístico.
- Las arteterapeutas Debra Greenspoon (1988) y Shirley Riley (1999) opinan que el uso de propuestas artísticas puede favorecer la autoexpresión en el trabajo con adolescentes con dificultades.
- El arteterapia grupal posibilita un terreno en el que probar distintas situaciones sociales para las percepciones distorsionadas e inapropiadas del self y de las relaciones con los demás, derivadas de todos los estadios de maduración. En este terreno de testeo, el adolescente tiene la oportunidad de dejar a un lado su confusión y de lograr una claridad fiable y estable en su identidad personal (Greenspoon, 1988: 134).
DINÁMICA: LA CAJA DEL PASADO Y EL FUTURO
Objetivos:
- Ofrecer la oportunidad de meditar sobre las emociones y sentimientos en los dos espacios: el pasado y el futuro, desde el presente el “aquí y ahora”.
- Proporcionar el objeto como un espacio contenedor y seguro para facilitar la auto-revelación de forma visual a través del símbolo y la metáfora.
- Facilitar una puente de comunicación con los demás por medio del objeto y los procesos artísticos.
Descripción:
La actividad conlleva hacer una caja
individual que simboliza el pasado y futuro de cada uno, así como las memorias
de la niñez representado en el espacio interior y los sueños y anhelos de la
adultez en el exterior.
Se sugiere utilizar dicha actividad durante
la etapa de inicio del tratamiento para apoyar en establecer una relación terapéutica
y introducir el arte como un posible vehículo de comunicación compartida y así mismo
el enfoque de la actividad es directiva y no-concluyentes (open-ended) para
ofrecer un entorno seguro y de esta manera animar la presentación individual a
los demás a través de los materiales plásticos (Beverly, 1999).
Se presenta posibles preguntas para el
desarrollo de la caja:
- “¿Cuales colores pueden representar su pasado y que quieren que sean los colores de su futuro?”
- “¿Cuales cosas han sido significativos en el pasado y que son las cosas mas importantes para tener futuro?”
- “¿Cuales personas han sido significantes en su vida y quienes podrían ser en el futuro?”
Al terminar la elaboración de la caja cada
individuo marca los limites de reflexión con el grupo sobre el objeto hasta
donde le es cómodo.
Se puede sugerir que cada individuo o el
grupo como entidad decida en un titulo para la(s) caja(s).
Materiales:
Se sugiere utilizar cajas de cartón, que
puede ser reconfortante siendo un objeto no valioso, así sencillo y corriente,
y materiales fáciles de manipular de collage para decorarla.
Justificación:
“Las cajas son tangibles y no se
desaparecen como palabras”
(Pifalo, 2007)
(Pifalo, 2007)
El uso de la caja ha sido muy popular en el
contexto arte terapéutico, siendo considerada una técnica efectiva por su valor
simbólico (Case, 2013; Waller, 2015).
Una caja parece a primera vista un objeto sencillo, sin embargo, sus
posibles significados le hacen complejo.
Es contenedor de espacio y contenido y
unificador de opuestos, contiene una potencial simbólica que traspasa sus
limites físicos, sirve como metáfora del ser, la creación de ella puede
alimentar el sentido de ser, y así mismo transferirse a la construcción y
reconstrucción de uno mismo, los lados pueden representar la piel que nos
delimita, nos da nuestra forma, enmarca el espacio que ocupamos, nuestros
limites físicos como un individuo, nos separa del resto del mundo, y a la vez
nos provee un modelo de integración, permitiendo un dialecto y una distinción
entro lo de afuera y lo de adentro, sirve como un separador y a la vez como
unificador, sus muros alcanzando a fusionar los dos opuestos, sirviendo como
conexión con los demás (Kirk-Farrell, 2001; Kaufman, 1996).
Al ser la adolescencia una etapa de
transición entre la niñez y la adultez es también una etapa de duelo, de la
perdida del cuerpo infantil, de la identidad de niño así como el rol infantil y
la relación que conlleva con los padres mezclado con el propio duelo de los
padres por la perdida del niño. La caja
ofrece un espacio de contención para el pasado, el niñez, el duelo, los lados
ofrecen limites al contexto que se encuentra adentro, y así mismo proveen al
usuario una distancia de su contenido, posibilitando una contención y regulación
de emociones y sentimientos.
El contenido de una caja se transforma,
estando dentro del marco de ella y apartado del espacio afuera los elementos
apropian un valor importante, colocar un objeto en una caja subraya su
importancia dandole al individuo la posibilidad de reflexionar sobre su
importancia simbólico. Sugiere Kaufman
(1996) que existe una relación intrínseco entre caja y la memoralización,
refiriéndose a la caja como contender en la forma de tumba, reliquias, y ataúdes,
se convierte en un espacio sagrado, para proteger y preservar las cosas
significativas, para reflexionar sobre el pasado y también el futuro, a los
cambios y esperanzas desde el Aqui y Ahora y así mismo crea un dialecto unificadora
del pasado, presente y el futuro (Bachelard, 1965).
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA PARA LA DINÁMICA
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA PARA LA DINÁMICA
- Bachelard, G., (1994). The poetics of Space: The classic look at how we experience Intimate Places. Beacon Press, Boston, E.E.U.U
- Beverly, K, B., (1999). Art therapy with adolescents: Making it work for school counselors. Professional School Counseling, 2, 4: 291-299
- Case, C., (2013) A search for meaning: Loss and transition in Art Therapy with Children. Dalley, T., Case, C., Schaverien, F, W., Halliday, D., Hall, P, N., Waller, W., Images of Art Therapy (Psychology Revivals): New Developments in Theory and Practice. Rutledge, Nueva York, E.E.U.U.
- Kaufman, A, B,. (1996). Art in Boxes: An Exploration of Meanings. The Arts in Psychotherapy, 23, 3: 237-247
- Kirk-Farrell, R., (2001). Secrets, Symbols, Synthesis and Safety: The Role of Boxes in Art Therapy. American Journal of Art Therapy, 39, 3: 88-92
- Pifalo, T., (2007). Jogging the Cogs: Trauma-Focused Art Therapy and Cognitive Behavioral Therapy with Sexually Abused Children Art Therapy: Journal of the American Art Therapy Association, 24, 4:170-175
- Waller, D., (2015). Group Interactive Art Therapy: It´s Use in Training and Treatment. Routledge, Reino Unido.
LLEVÁNDOLO A LA PRÁCTICA EN CLASE
BIBLIOGRAFÍA
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